A pesar de que la Fundación El Libro decidió liberar los molinetes de la Feria del Libro en las últimas horas de cada día de semana, aún no se percibe un repunte de público. La crisis económica se ha hecho presente en toda su dimensión. Históricamente, es el segundo fin de semana donde se marca el cambio y por eso aún se espera la típica postal de los pasillos intransitables, aunque cada vez con más ansiedad y menos esperanza.
La cuestión del público no es menor, porque hay una relación directa entre los visitantes y las ventas. Las editoriales no esperaron llegar al último día para plantear ofertas especiales; varias ya pusieron carteles de 3×2 y dan descuentos en efectivo. También las cadenas hicieron campañas más agresivas: la librería Cúspide, por ejemplo, tiene un acuerdo con el Banco Galicia y la compra con tarjeta da un reintegro del 20%. Y, como siempre, se apuesta por la convocatoria que puedan promover los autores. Es frecuente encontrar un stand con un grupito de personas que escucha con atención una lectura colectiva. Sin el colchón de ruido permanente ni los muñecos de alguna franquicia infantil que salen a bailar, se puede escuchar con tranquilidad a los poetas. Por lo demás casi no hay colas, salvo en algunos lugares específicos, como Kel.
Cuánto cuestan los libros en la Feria
¿Qué valor tiene el ticket promedio? Si bien la pregunta puede no ser del todo relevante para el volumen de ventas, sí puede dar una idea de cuánto gasta cada lector en la Feria. La gran mayoría de la gente sale de la Feria sin haber hecho compras; eso siempre fue así: son los que toman a la Feria como un paseo o los que van a ver a su autor favorito. Pero la diferencia está en los que sí se llevan ejemplares: no se ve, como en ediciones anteriores, tanta gente que salga con dos o tres bolsas.
En relación a las ventas, las editoriales independientes hablan de un ticket de entre 19.000 y 26.000 pesos. Una variación que tiene que ver con el valor de sus ejemplares, porque todos —todos— venden de a uno. “Uno”, “uno”, “uno”: es la respuesta que dicen las editoriales más literarias, las más ensayísticas, las universitarias. Las perdedoras —o las que pierden más— son las que apuestan por una literatura de vanguardia: ellas también venden de a uno, pero casi no venden.
Las que logran romper con la inercia son las editoriales que ocupan y se destacan en una franja determinada de lectores. Ahí está, por ejemplo, Edelvives: Eber Álvarez, gerente general, dice que el ticket alcanza los $30.000 con una cantidad de 1,4 libros. Martín Gremmelspacher, de Bonum, habla de un ticket de $24.500, pero con 1,7 ejemplares. Y entre las editoriales más grandes y generalistas, el ticket se acerca a los 50.000$ con dos libros por venta.
El comienzo de la Feria no fue prometedor, pero se espera que, con el inicio de mayo y el depósito de los sueldos, cambie la suerte. /// 50Libros