The Telegraph presentó una lista con las 100 mejores películas de todos los tiemos, según la selección del crítico Robbie Collin. “El resultado es abiertamente parcial y egoísta”, aclaraba Collin, que definió tres reglas para guiarse en el proceso:
1. Estableció trece géneros: comedia, romance, drama psicológico, thriller, cine negro, western, bélico, ciencia ficción, terror, acción, documental, éxito de taquilla y musical. A esos le agregó otros cinco basados en temas comunes: infancia, vida familiar, viajes, tiempos y lugares específicos, y el cine mismo.
2. Solo incluyó una película por director. De esta manera no podía tener tanto Vértigo como Psicosis, ni 2001: Una odisea del espacio y Barry Lyndon, por ejemplo. “Tengo la sensación”, explicaba, “que la aparición de un gran director estaba doblemente justificada, y nada fue incluido por mera obligación”.
3. No se impuso ningún tipo de cuota: no hay balance entre alto y bajo, nuevo y antiguo, masculino y femenino, anglófono o extranjero. “Pero”, dice, “casi un tercio de las películas provienen de los años 80, la década en la que nací, o de los 2000, la década en la que me convertí en crítico”.
Mejores comedias
La pícara puritana (The Awful Truth, Leo McCarey, 1937): Ninguna química en pantalla ha superado la de Cary Grant y Irene Dunne como una pareja en proceso de divorcio que complica los nuevos romances del otro.
Un marido rico (The Palm Beach Story, Preston Sturges, 1941): Una enérgica comedia con Joel McCrea y Claudette Colbert como una pareja joven separada que experimenta la buena vida en Florida.
Bakumatsu Taiyô-den (Yuzo Kawashima, 1957): Aventuras en un burdel japonés del siglo XIX, contadas por un invitado que se convierte en un hombre de mil oficios tras acumular una deuda impagable.
Ni idea (Clueless, Amy Heckerling, 1995): Inspirada en Emma, de Jane Austen, pero completamente única, con Alicia Silverstone como la princesa cómica que necesitaban los años 90.
Playtime (Jacques Tati, 1967): Un paraíso de escenas cómicas meticulosamente elaboradas, con el payaso francés Monsieur Hulot perdido en una metrópolis tecnológica desconcertante.
This Is Spinal Tap (Rob Reiner, 1984): Un mockumentary formidable que lleva el rock al extremo, con un elenco en sincro sobrenatural.
El día de la marmota (Groundhog Day, Harold Ramis, 1993): Bill Murray enfrenta un día que se repite infinitamente en un cuento cautivador que mezcla a Frank Capra con Franz Kafka.
Borat (Larry Charles, 2006): Los prejuicios y la intolerancia del occidente del siglo XXI expuestos sin piedad por Sacha Baron Cohen en su mayor creación grotesca.
La comedia de la vida (You, the Living, Roy Andersson, 2007): Cincuenta extrañas escenas sobre la condición humana transmitidas desde algún lugar gris escandinavo.
Pobres criaturas (Poor Things, Yorgos Lanthimos, 2023): Antes de Bella Baxter de Emma Stone, parecía impensable que una comedia provocara indignación moral en los desilusionados años 2020, pero esta adaptación de la fábula de Frankenstein de Alasdair Gray no deja indiferente a nadie.
Mejores películas de terror
El gabinete del Dr. Caligari (The Cabinet of Dr. Caligari, Robert Wiene, 1920): El realismo es lanzado por la ventana en este escalofriante clásico del expresionismo sobre un sonámbulo asesino controlado por un hipnotizador loco.
La matanza de Texas (The Texas Chain Saw Massacre, Tobe Hooper, 1974): Una familia que mata unida, se mantiene unida.
La cosa (The Thing, John Carpenter, 1982): El terror cósmico e insondable tiene su momento al estilo de Agatha Christie en este misterio de salón, con criaturas y efectos insuperables.
Psicópata americano (American Psycho, Mary Harron, 2000): Es imposible apartar la mirada de Christian Bale en esta sátira oscura sobre la brutalidad de la clase alta, que solo ha crecido en relevancia desde su estreno.
Pulse (Kiyoshi Kurosawa, 2001): Espíritus malignos vagan por el mundo virtual, convirtiendo la vida online en una especie de muerte en vida en la entrega más inquietante de la revolución J-horror.
Mejores películas de acción
Un toque de Zen (Xia nü, King Hu, 1971): Una película épica de artes marciales filmada con precisión y con algunas de las más bellas escenas de combate jamás capturadas.
Las 36 cámaras de Shaolin (Shao Lin san shi liu fang, Liu Chia-liang, 1978): El kung-fu nunca lució mejor que en este clásico de la dinastía de los hermanos Shaw, con una asombrosa destreza atlética.
Armas invencibles (Ging chaat goo si, Jackie Chan, 1985): Las payasadas llevadas al máximo en esta deslumbrante aventura de Hong Kong, con Jackie Chan ganándose su lugar como el heredero legítimo de Buster Keaton.
Punto límite (Point Break, Kathryn Bigelow, 1991): El «western mojado» que sacudió a Hollywood, transformando un crimen contracultural en la máxima experiencia de adrenalina.
Mad Max: Fury Road (George Miller, 2015): Una carrera frenética y feroz hacia el infierno ida y vuelta, con momentos impactantes y una clara perspectiva feminista.
Blockbusters
Lawrence de Arabia (David Lean, 1962): La película más épica de la historia, pero también una obra íntima y conflictuada. Con un hipnótico Peter O’Toole y una grandeza que amenaza con romper la pantalla.
El imperio contraataca (The Empire Strikes Back, Irvin Kershner, 1980): Star Wars expandida, como si toda la galaxia hubiera estado esperando para ser explorada.
Volver al futuro (Back to the Future, Robert Zemeckis, 1985): En parte, una comedia edípica excéntrica, en parte parte una comedia de ciencia ficción. En todo: un entretenimiento vertiginoso.
Akira (Katsuhiro Otomo, 1988): Ninguna película hizo más para enseñar al asombrado Occidente que la animación podía llegar a cualquier parte y mostrar cualquier cosa.
Batman (Tim Burton, 1989): Un punto de inflexión —subestimado— en la historia del cine, además de un noir magistral del superhéroe más cinematográfico.
Mejores thrillers
Rififi (Jules Dassin, 1955): Desde la oscuridad de la París de la posguerra emerge la película con el robo perfecto en su centro: media hora de pura tensión sin diálogo ni música.
A quemarropa (Point Blank, John Boorman, 1967): Un crimen al estilo hardboiled deconstruido y refractado hasta el punto de cubismo, con secuencias que parecen sueños lúcidos, y Lee Marvin emanando una amenaza pétrea.
Carlito’s Way (Brian De Palma, 1993): Una tragedia introspectiva y un ostentoso estilo de vida mafioso en un mismo paquete emocionante, con una técnica que te deja sin aliento. Al Pacino en su mejor versión: golpeado pero no derrotado. Con el crédito de Jorge Porcel como bastión del cine argentino.
Pulp Fiction (Quentin Tarantino, 1994): La última película que Cambió Todo. Un mosaico desarticulado y ultra-provocador del inframundo que sigue impactando con la fuerza y la rapidez de una inyección de adrenalina al corazón.
Heat (Michael Mann, 1995): Un policía (Robert De Niro) y un ladrón (Al Pacino) en un tablero de ajedrez del tamaño de una ciudad de cemento y vidrio. Los Ángeles se interpreta a sí misma, en todo sentido.
Mejores películas de cine negro
El sueño eterno (The Big Sleep, Howard Hawks, 1946): Una ciudad sumida en la conspiración y un caso tan complicado que nunca se resuelve, con Humphrey Bogart y Lauren Bacall brillando en la oscuridad.
El tercer hombre (The Third Man, Carol Reed, 1949): Basada en la novela de Graham Green, algo huele mal en la Viena de posguerra, con Orson Welles como un villano para la eternidad.
Vértigo (Alfred Hitchcock, 1958): Un romance que se repite, cada vez como tragedia, con James Stewart como el confudido detective privado de San Francisco.
Sed de mal (Touch of Evil, Orson Welles, 1958): El último y más sucio de los clásicos de Hollywood. una historia de corrupción fronteriza, con una brújula moral que gira como un cronómetro.
Taxi Driver (Martin Scorsese, 1976): Nueva York es una olla a presión y el escenario de una nueva forma de alienación urbana, personificada por Robert De Niro como un veterano de guerra lleno de rabia.
Mejores películas de ciencia ficción
2001: Una odisea del espacio (Stanley Kubrick, 1968): Desde el amanecer de la humanidad hasta más allá del infinito en poco menos de dos horas y media, esto es cine en su forma más elemental y gigantesca.
Blade Runner (Ridley Scott, 1982): Todo estilo y todo sustancia en esta historia detectivesca bañada en neón y humo que ofrece una visión del futuro que aún se siente inquietantemente alineada con nuestro presente y pasado.
Aliens: el regreso (Aliens, James Cameon, 1986): Una secuela que explotó las posibilidades más aterradoras del original de Ridley Scott.
Ghost in the Shell (Kôkaku kidôtai, Mamoru Oshii, 1995): El término ciberpunk parece haber sido diseñado para esta melancólica animación japonesa.
Under the Skin (Jonathan Glazer, 2013): Un ejercicio visualmente impresionante de existencialismo, con Scarlett Johansson como una trampa mortal alienígena recorriendo las calles de Glasgow.
Mejores musicales
Cantando bajo la lluvia (Singin’ in the Rain, Gene Kelly & Stanley Donen, 1952): El mayor cuento de hadas que Hollywood ha contado sobre sí mismo, con números de baile que hacen que tu corazón lata al compás.
Nace una estrella (A Star Is Born, George Cukor, 1954): La mejor versión de este romance perenne, y también la última gran película de Judy Garland.
Las señoritas de Rochefort (Les Demoiselles de Rochefort, Jacques Demy, 1967): La Nueva Ola francesa guiña el ojo al viejo Hollywood, con Catherine Deneuve y Françoise Dorléac como hermanas gemelas en un enredo romántico.
All That Jazz (Bob Fosse, 1979): El director y coreógrafo de Cabaret y Chicago volvió su mirada hacia adentro en este electrizante retrato.
La Bella y la bestia (Beauty and the Beast, Gary Trousdale & Kirk Wise, 1991): Tan atemporal como su canción principal sugiere, y el pico del Renacimiento de Disney de finales del siglo XX.
Mejores películas de amor
Amanecer (Sunrise: A Song of Two Humans, F.W. Murnau, 1927): El verdadero amor resiste todo lo que el mundo le puede lanzar en esta impresionante fábula muda, en la que una pareja reaviva su romance en una metrópolis de ensueño.
Un ladrón en la alcoba (Trouble in Paradise, Ernst Lubitsch, 1932): La efervescencia del champán en forma cinematográfica, con Herbert Marshall y Miriam Hopkins como dos estafadores que se enamoran durante el golpe de sus vidas.
Sucedió una noche (It Happened One Night, Frank Capra, 1934): Brillante comedia con Claudette Colbert y Clark Gable en la carretera juntos como una heredera fugitiva y el reportero que descubre la historia de su vida.
Love & Basketball (Gina Prince-Bythewood, 2000): Dos jóvenes estrellas deportivas en ascenso equilibran sus deseos de éxito profesional y el amor en este profundamente sentido y sensual éxito de Sundance.
Tropical Malady (Sud pralad, Apichatpong Weerasethakul, 2004): El amor es una enfermedad y una fuerza transformadora en esta maravillosa obra tailandesa, en la que un soldado se enamora de un campesino que se convierte en un espíritu de tigre.
Mejores dramas psicológicos
Alma en suplicio (Mildred Pierce, Michael Curtiz, 1945): Una historia de Los Ángeles al borde entre el melodrama y el cine negro, con una icónica Joan Crawford como la incansable madre soltera que persigue el American Dream.
Doce hombres en pugna (12 Angry Men, Sidney Lumet, 1957): Doce personalidades expuestas en un juicio por jurados cargado de tensiones raciales que refleja el malestar del mundo exterior.
Persona (Ingmar Bergman, 1966): En un retiro costero, las personalidades de dos mujeres inexplicablemente se funden. Una inmersión junguiana que marcó profundamente el cine.
Morvern Callar (Lynne Ramsay, 2002): Algo así como Balamory mezclado con Camus, con una inolvidable Samantha Morton como la joven que convierte una tragedia doméstica en su ventaja.
Oppenheimer (Christopher Nolan, 2023): La película que coronó la carrera de Nolan destruyó el género de la biografía tradicional, fusionando física atómica, geopolítica y la tormenta interna de un hombre brillante pero defectuoso.
Mejores películas sobre viajes
Pinocho (Ben Sharpsteen & Hamilton Luske, 1940): Un viaje fantástico y por momentos aterrador hacia el autodescubrimiento, un hito inigualable de la Edad de Oro de Disney.
Cuentos de la luna pálida (Ugetsu Monogatari, Kenji Mizoguchi, 1953): Dos campesinos japoneses ambiciosos arriesgan todo por fama y oro, y terminan acosados por tragedias y fantasmas.
Alice (Jan Švankmajer, 1988): Una reinterpretación stop-motion surrealista y amenazante de la historia de Lewis Carroll, ambientada en un mundo donde no se puede confiar en que ningún objeto permanezca inanimado.
American Honey (Andrea Arnold, 2016), Una odisea pop y libre en minibus a través de un corazón de Estados Unidos dividido entre los que tienen y los que no, agudamente arraigada en su tiempo y, a la vez, apartada de él.
Top Gun: Maverick (Joseph Kosinski, 2022): Una película de Tom Cruise que rompe la barrera hipersónica en 15 minutos. Este es el entretenimiento en pantalla grande más puro y emocionante del siglo XXI.
Mejores películas sobre un tiempo y un lugar
Umberto D. (Vittorio De Sica, 1952): Un anciano italiano y su perro hacen lo posible por sobrevivir tras la Segunda Guerra Mundial. Un clásico neorrealista que inspira.
Sin techo ni ley (Sans toit ni loi, Agnès Varda, 1985): Una reconstrucción brillante e implacable de la corta vida de una mujer vagabunda en el sur salvaje de Francia, salpicada de entrevistas ficticias que revelan un mundo duro y hostil.
Haz lo correcto (Do the Right Thing, Spike Lee, 1989): En el verano caluroso de Brooklyn, las tensiones raciales hierven a fuego lento. Electrificante y éticamente complejo, te hace sudar en todos los sentidos.
Perdidos en Tokio (Lost in Translation, Sofia Coppola, 2003): Una obra maestra de la majestad difusa y llena de jet lag, con Bill Murray y Scarlett Johansson como dos almas extranjeras perdidas en un lugar a la vez reconfortante y desconcertante.
Petróleo sangriento (There Will Be Blood, Paul Thomas Anderson, 2007): Dios y el petróleo se enfrentan en este oscuro mito fundacional americano, con una de las interpretaciones más indestructibles de todos los tiempos de Daniel Day-Lewis.
Mejores películas infantiles
Bambi (David Hand, 1942): Una historia animada que revolucionó el medio, con un estilo visual impresionista y una narrativa profundamente emocional.
El espejo (Zerkalo, Andrei Tarkovsky, 1975): Canciones de inocencia en el primer acto de una vida rusa del siglo XX; historia, memoria y poesía reunidas en un tesoro brillante.
ET, el extraterrestre (E.T. the Extra-Terrestrial, Steven Spielberg, 1982): Si a la soledad de un niño se le suma la maravilla de las estrellas, el resultaod es igual a la experiencia spielbergiana definitiva. Una de las pocas películas sin las cuales no se puede entender el cine.
Mi vecino Totoro (Tonari no Totoro, Hayao Miyazaki, 1988): La mejor animación de todas es esta asombrosa oda a la magia de la infancia, experimentada por dos hermanas que se hacen amigas de un enigmático espíritu del bosque.
Intensamente (Inside Out, Pete Docter, 2015): El proceso de crecimiento imaginado como una aventura alocada por el paisaje de la conciencia humana. Solo Pixar podría haberlo logrado.
Mejores películas sobre la vida familiar
Primavera tardía (Banshun, Yasujirô Ozu, 1948): Un retrato conmovedor de una mujer soltera —la maravillosa Setsuko Hara— que adora a su padre de mediana edad, tan lírica y controlada como un soneto.
Jeanne Dielman, 23 quai du Commerce, 1080 Bruxelles (Chantal Akerman, 1975): Un hito del feminismo, donde los pequeños detalles domésticos presagian el colapso de la vida reglamentada de una madre soltera belga.
La balada de Narayama (Narayama bushikô, Shôhei Imamura, 1983): Una anciana se prepara para la muerte ritual en esta espectacular saga de vida salvaje japonesa del siglo XIX.
Yi Yi (Edward Yang, 2000): Un año en la vida de una familia de clase media en Taipei, desde una boda hasta un funeral. Con toda la vida entre medio.
Los excéntricos Tenenbaum (The Royal Tenenbaums, Wes Anderson, 2001): Un patriarca astuto finge tener cáncer para reunir a su destartalada familia en este retrato excéntrico y meticulosamente elaborado.
Mejores westerns
La diligencia (Stagecoach, John Ford, 1939): La unión de John Wayne y Monument Valley fue uno de los momentos decisivos del cine, y Ford hizo del western un arte independiente.
El tesoro de Sierra Madre (The Treasure of the Sierra Madre, John Huston, 1948): Tres perdedores ambiciosos —Bogart, Huston, Holt— buscan oro en esta oscura fábula moral, ejecutada con una energía desbordante.
El bueno, el malo y el feo (The Good, the Bad and the Ugly, Sergio Leone, 1966): Una generosa porción de espagueti western, con Clint Eastwood asegurando su estatus legendario.
Los vividores (McCabe & Mrs. Miller, Robert Altman, 1971): Todo es estrictamente negocio entre Warren Beatty y Julie Christie en esta magnífica saga de vida en la frontera que desafía expectativas.
Sin lugar para los débiles (No Country for Old Men, Joel & Ethan Coen, 2007): Una venta de drogas sale mal en el desierto texano, con un villano inolvidable en Javier Bardem, adornos de cine negro y un humor tan agudo como un cuchillo.
Mejores películas bélicas
Vida y muerte del coronel Blimp (The Life and Death of Colonel Blimp, Michael Powell & Emeric Pressburger, 1943): Una película épica y agridulce sobre las identidades personales y nacionales en transformación. Con Roger Livesey como un héroe de la guerra que se convierte en un anciano miembro de la guardia.
Soy Cuba (I am Cuba, Mikhail Kalatozov, 1964): El levantamiento de Fidel Castro en cuatro partes, visto en los movimientos de cámara más milagrosos y emocionantes jamás realizados.
Apocalypse Now (Francis Ford Coppola, 1979): La versión psicotrópica de El corazón de las tinieblas convierte la guerra de Vietnam en el infierno en la tierra.
La tumba de las luciérnagas (Hotaru no haka, Isao Takahata, 1988): Dos hermanos pequeños luchan por sobrevivir tras el bombardeo de Kobe, en esta obra maestra de animación inolvidable.
Beau Travail (Claire Denis, 1999): La Legión Extranjera Francesa se convierte en un cuerpo de ballet en este mosaico cinematográfico transfixiante inspirado en Billy Budd, de Herman Melville.
Mejores documentales
El hombre de la cámara (Chelovek s kino-apparatom, Dziga Vertov, 1929): Este vibrante collage de la vida urbana soviética sigue siendo la película sinfónica definitiva de la ciudad, llena de sensualidad y vigor, y con un factor visual que no ha palidecido.
Edvard Munch (Peter Watkins, 1974): Una recreación rigurosa y profunda de la vida del artista noruego que hace un mejor trabajo que cualquier otra película para dar sentido a las causas y cursos del genio.
Welfare (Frederick Wiseman, 1975): Un detrás de escenas del servicio de beneficencia de Nueva York, filmado y editado con un cuidado que encuentra la humanidad en el bullicio kafkiano.
Grey Gardens (Albert & David Maysles, 1975): Una madre y una hija viven en una mansión en ruinas, habitando un mundo propio. Beckett se encuentra con Pink Flamingos, pero de alguna manera, real.
Harlan County, USA (Barbara Kopple, 1976): Una huelga de mineros en Kentucky se convierte en una batalla por el alma de una comunidad en este desgarrador y frontal documental.
Sans Soleil (Chris Marker, 1983): Vagabundeos libres por Japón, Islandia, Guinea-Bissau y el San Francisco de Vértigo se convierten en una meditación sobre la memoria y el tiempo.
Shoah (Claude Lanzmann, 1985): El Holocausto trabajado a lo largo de más de nueve horas de filmación en locación y testimonios de primera mano de sobrevivientes y perpetradores. Una obra monumental, exhaustiva y necesaria.
Primer plano (Close-Up, Abbas Kiarostami, 1990): El extraño caso de un cinéfilo desempleado que se hizo pasar por un famoso director, refractado magistralmente en una disquisición juguetona sobre la naturaleza resbaladiza de la verdad.
Baraka (Ron Fricke, 1992): Una cinematografía en gran formato que deja asombrado, filmada en los rincones más extraños, notorios y lejanos de la Tierra.
Los Angeles Plays Itself (Thom Andersen, 2003): Un retrato lacónico de la ciudad que construyó el cine, ensamblado a partir de un collage de clips clásicos.
Mejores películas sobre cine
El moderno Sherlock Holmes (Sherlock Jr, Buster Keaton, 1924): Una comedia muda de inventiva frenética en la que un proyeccionista sueña con estar dentro de la pantalla de cine, con acrobacias que aún hoy son difíciles de creer.
El crepúsculo de los dioses (Sunset Boulevard, Billy Wilder, 1950): La caída de los estudios fue anticipada por esta sátira oscura, con Gloria Swanson como la reina del cine en decadencia, Norma Desmond.
El desprecio (Le Mépris, Jean-Luc Godard, 1963): Una película se tambalea en medio de su producción y el matrimonio de su guionista sigue el mismo camino. Un melancólico enfrentamiento entre amor, éxito y arte.
Mulholland Drive (David Lynch, 2001): La fábrica de sueños se cortocircuita, dividiendo la historia de vida de una joven actriz en dos, en este misterioso y seductor relato de las sombras más oscuras de Hollywood.
Holy Motors (Leos Carax, 2012): Un recorrido en limusina por París se convierte en una alucinante ensoñación cinematográfica, con un actor (Denis Lavant) cambiando de rol como un asesino eligiendo a sus objetivos.