Hay una canción de Serú Girán que vale la pena recordar, ahora que en estos días salió un nuevo disco de Charly, que decía: «¿Te acuerdas de Elvis / cuando movió la pelvis / y el mundo hizo ¡plop! / y nadie entonces podía entender qué era esa furia?”. De alguna manera, Javier Milei es esa furia que nadie logra entender. En estos años observamos en tiempo real la emergencia de una figura inusual, que muchos podían tomar como una caricatura. Y desde el 10 de diciembre de 2023, día en que asumió empezó a decir frases que rápidamente se incorporaron al léxico popular. “No hay plata”, entre otras.
El ascenso de Milei provocó una oleada de libros tratando de explicar qué hizo que no lo viéramos venir. Valeria di Croce hace algo distinto: en El arca de Milei. ¿Cómo y con quién construyó su poder? (Ediciones Futurock) ella no se pregunta por Javier Milei, sino que lo sitúa como el emergente de un movimiento que trasciende a la figura del cosplayer que reivindica la anarquía de derecha. En un libro interesante porque Di Croce lleva a la práctica lo que Naomi Klein escribió en la teoría: cómo la “Doctrina del shock” logró imponer un presidente. Con tres abordajes, el shock político, el shock pandémico y el shock económico, Milei el resultado de una tormenta perfecta.
Ayer, Valeria di Croce presentó el libro en la Feria del Libro de Neuquén. Aquí algunos de sus frases más salientes.
Más allá del estupor
«Me habría gustado que estuviera acá Alejandro Finzi; tuve la suerte de estudiar con él y me enseñó a pensar el sistema de las artes, a ver cada obra y cada hecho de la mano de lo social, lo cultural, la música de su tiempo, la escenografía que rodeaba a los personajes. Desde entonces, todo lo pensé así: incluso la política y la historia. Cuando uno empieza a pensar en ecosistemas, traduce ese sistema artístico y estético a su tiempo. Me parecía que, si circunscribíamos a Milei solo a su triunfo electoral y al estupor inicial de preguntarnos ¿qué nos pasó?, no íbamos a poder entender todo lo que lo rodea.
» El libro pretende ir un poco más allá y recuperar la tradición de diálogo de la literatura argentina. Ya había un libro sobre Milei que lo consideraba un loco, el de Juan González; otro decía que llegó porque las feministas y el progresismo “se habían pasado tres pueblos”, una tesis con la que tampoco coincido; también estaba la idea de que su aparición se debía a los errores del gobierno anterior. Son respuestas simples, reduccionistas de lo que sucedió en los últimos diez o quince años. Y después había otros libros, como el de Ernesto Tanenbaum, que aborda los consumos históricos, culturales e ideológicos de Milei, profundizando sobre su tradición judeocristiana y en los libros de economía que había leído. Me parecía que era un prisma con muchas miradas que no nos ordenaban.
» Volviendo a Finzi, mi idea fue hacer un libro que nos ayudara a ordenar todo eso que estaba desparramado y que no habíamos visto en un tiempo de fragmentación; una fragmentación que no es solo social, sino también de los consumos históricos, culturales y sociales. Un libro que nos ordenara un poco para hablar de lo que nos estaba pasando. Porque cuando uno está enojado y en shock, cuesta mucho hablar de lo que le pasa.»
Los tres shocks de Milei
«Tomé la decisión de dividir la explicación en tres: el shock económico, el shock pandémico y el shock político.
» El shock económico empieza en 2015, cuando Mauricio Macri asume la presidencia de la Nación. Entiendo que la violencia inicia con la desigualdad: si hay más desigualdad, hay más violencia. Había un anclaje para discutir esta violencia que hoy vemos naturalizada, no solo en el “no hay plata”, sino en la gestualidad, en el destrato, en una forma de vincularnos que es siempre dominar al otro. Lo que propone el presidente de la Nación es sometimiento: ni siquiera es ganar una discusión, es someter al otro a que piense como yo pienso, a que esté de acuerdo con lo que yo digo. Es un resabio de Margaret Thatcher, Pinochet y del neoliberalismo de los 80: «no hay alternativa». El famoso TINA (there is no alternative)”. El gobierno de Macri tiene un hito en el regreso del Fondo Monetario Internacional, y sabemos cómo termina un proceso neoliberal y el endeudamiento con el Fondo.
» Ya estábamos en eso cuando viene la pandemia. Este es el segundo shock, que cambia definitivamente la forma en la que nos vinculamos. Hoy pedimos por Rappi hasta los libros. Desaparece todo aquello que tiene que ver con la construcción de la comunidad y, a través del solucionismo de aplicaciones, se fortalece la creencia de que individualmente podemos resolverlo todo. Todo tiene solución a partir de un botón, y eso no es verdad.
» Y el tercer shock es político. Como militante política que soy, yo no podía no pensar que nada de lo que pasó después del 1 de septiembre del 2022, que es cuando intentan matar a la entonces vicepresidenta, iba a salir bien. Porque si el sistema democrático no resolvía lo que había sido el hecho más grave desde el retorno de la democracia, iba a ser muy difícil todo lo que viniera después. Porque esa violencia que se había ido acumulando a lo largo del tiempo tenía un hito en el joven de 30 años que le puso un arma en la cabeza a la vicepresidenta de la Nación.
» Esos tres momentos requerían repensarse, porque si no, vamos a creer que se va Milei y esto se resuelve. Estoy convencida de que no es así: si no era Milei iba a ser otro. Como pasa hoy en Brasil, en donde Bolsonaro no puede ser presidente por un impedimento judicial, pero se va a candidatear el gobernador de San Pablo. Como pasa en Estados Unidos. Donald Trump, derrotado en una elección, en un proceso judicial por la toma del Capitolio, vuelve a tener chances de ser presidente cuatro años después. Entonces, claramente hay un otro que hoy se ve representado por Milei, y si él no está va a haber otro. Con ese tentemos que tratar de hablar, por más que esté en las antípodas de lo que pensamos.» ///50Libros